Calandraca.
Se mofa desde la tenebrosa esquina,
viendo al torpe resbalar por la escaleta.
Se destartala, en risas, la cruel cretina,
mientras, pacientemente espera a que muera.
Y no le temo, pues no es asesina,
solo recoge cuerpos aunque no quiera,
pues siendo la vida sagrada, culmina.
No importa lo que la persona se esmera.
Como es niña temerosa que vigila,
seguro estoy que no lleva esa hoz tan fila,
pues Dios es el que mata.Ella nunca ataca.
Cuando lo divino abandona lo humano,
ella arrastra el frío cuerpo de la mano.
Tan pura e inocente que es la Calandraca.
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